Mi experiencia en el extranjero
Algunos podrían pensar que el estudiar en el
extranjero es una cosa sencilla, sin embargo, el dejar tu casa, tu escuela,
familia, amigos y sobre todo una zona de confort de la cual nos resistimos
salir, no es algo que se haga todos los días, pero dejar todo esto ¿Vale la pena?
Mi respuesta es “definitivamente SI”.
Después de once meses en el País de la miel de maple y
el hockey (Canadá), puedo decir, que regresé con mucho más de lo que me fui,
tanto en el aspecto académico, cultural y sobre todo con una nueva perspectiva
de lo que me rodea.
La experiencia de un intercambio comienza en el
momento en el que te reciben personas que nunca en tu vida has visto, en un lugar
cuyo lenguaje y costumbres son totalmente diferentes a las tuyas, y con las
cuales tendrás que aprender a vivir y disfrutar de su cultura, así como
transmitirles y enseñarles un poco de la tuya. Creo también que el vivir en un
país donde se habla otra lengua y practicarla a diario es una forma de
aprenderlo con mayor facilidad y así elevar el nivel del idioma.
Algunas de las cosas más significativas de esta
experiencia son los valores y la responsabilidad, que tanto mi familia como el
Colegio Karol Wojtyla me han enseñado a lo largo de estos años, ya que me ayudaron
a ser independiente en muchos aspectos de mi vida diaria, despertarme temprano,
hacer mi desayuno, tomar el autobús, cumplir con las tareas escolares y ser
solicito con la familia.
Una de las cosas que me mas viene a mi mente y sobre
todo en este mes patrio es la imagen que tienen otros países con respecto a
México, ya que no solo convivía con personas canadienses, sino que también
conocí a intercambistas de otras nacionalidades, los cuales me preguntaban a
cerca de mi país, sobre todo de la situación actual, a lo cual siempre respondí
“México está lleno de personas trabajadoras, lugares hermosos, comida
incomparable, pero sobre todo un espíritu cálido y amable”.
Me gusta pensar que una parte de mí y de mi cultura se
fue con todas aquellas personas con las que cruce camino durante esta
experiencia, y que ahora se encuentran a miles de kilómetros cambiando la
percepción que tiene de nuestro México.
Sin lugar a dudas puedo decir que al término de este intercambio
existe un antes y un después en mi persona.
FELIPE MAXIMILIANO
MONTALVO LÓPEZ
3° FÍSICOS
SOCIEDAD PERIODÍSTICA
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